Hace tiempo ya que la tristeza se ha
pegado a ella como una segunda piel,y de mi se puede decir igual,pues
es duro ver sufrir a una amiga desde tanto tiempo,dulce,ambiciosa y amable con todo el mundo.
Todo comenzó cuando mi amiga del alma
se enamoró perdidamente de quién no debía. Todas la
advertimos,pero no escucharnos. Poco a poco empezamos a juntarnos
menos con ella,siempre con la excusa de que debía estar con él. Simpre sufría cada vez que él le
gritaba o le ponía la mano encima,pero era ella quién siempre iba
llorando y suplicando perdón.
No volvimos a saber nada más de
ella hasta que un día vimos su nombre en las noticias.
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